jueves, 22 de julio de 2010

... y que sueñes con los angelitos...



Mi madre es una persona muy importante para mí. Artísticamente, es mi contínuo referente. He aprendido con ella a dibujar, a pintar, a modelar, a imaginar... más tarde me ha enseñado otras cosas como batik, serigrafía, fot
ografía, etc. Pero lo más importante siempre ha sido lo anterior, antes incluso de saber comunicarme. Ya en su vientre nos deleitaba con canciones y cuentos, sueños y esperanzas.

Este es un sueño de mi madre. Tomó forma de mi mano en unas viñetas acuareladas, pero el sueño es suyo. Y por siempre suyo. Abrid la imaginación y dejaros llevar. Volad.


Despierta en medio de la noche. La ciudad de Madrid no descansa, nunca lo hace. Algo he debido escuchar que me ha despertado.

Hace calor... me dirijo a la ventana. Un suave viento hace temblar mis cabellos. Cierro los ojos. Me dejo llevar.

Abro los ojos. Relajada, observo las luces y los coches que se mueven bajo mis pies, mi cuerpo, mis brazos. Sobrevuelo la ciudad, me dejo llevar. El viento me revuelve el pelo.

La puerta de Alcalá. La veo. Remonto la calle alcalá al vuelo, veloz. Los árboles del Retiro hace tiempo que quedaron atrás. Me muevo muy rápido. El viento agita mis cabellos violentamente. Deprisa. Demasiado deprisa.

No puedo parar.

¿Qué es eso? Tengo que pararme... no importa... ¡Tengo que parar! ¡¡¡YA!!!

Agarrada a él doy vueltas, giro. La cabeza deja de flotar y cae sobre mis hombros. Jadeo. Respiro. Inspiro profundamente. Expiro. Abro los ojos. Me agarré a unos brazos abiertos pero esto son unas piernas. Alzo la vista.

Un ángel. me ha salvado un ángel negro.

Miro hacia abajo. Cúpula negra y dorada. Más abajo los coches ronronean entrando en la gran vía... mientras la Metrópolis calla. Se hace de día, despierto en mi ventana.





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