sábado, 18 de septiembre de 2010

Las Pedroñeras Fashion Week

Bonjour mes amis!!  Ahora que tenemos a la Cibeles clentita en los Madriles (y no vuelta que te vuelta con la carroza por Atocha y la Gran Vía sino con 15 cm de tacones sobre una pasarela) me he puesto hacendosa y en una semanita me he maqueao una nueva falda.

A los que conozcan mi carrera como sastre sabrán que el verano pasado aprendí a coser con la vieja Sigma de mamá (a su vez de su madre) y a ponerle piezas a las sábanas (que en el pueblo no te casas como no aprendas a poner piezas a las sábanas), además de aprender batik. Cogí una tela grandota, la llené de ceras y tintes dibujando animalicos, la corté y me cosí un peto que pa qué. Precioso vamos.

Pues bien, este verano pretendía hacerme una falda vaquera con volantes y aprender a bordar a máquina. Al final empecé retocando un recogedor de pelo con forma de sobrerito que usaba de pequeña y que estaba un poco feete y abandonado en un cajón. Un poquito de saco por aquí, un par de cintas por allá, unas cuentas... ¡¡y arreglao!! Una cucada. Además la abuela me regaló un vestido con el que pega que ni pintao. Es lo bueno que tiene que te operen, que te regalan cosicas. 

En fin, retomando el párrafo: no conseguí sacar tiempo a mi madre para que me enseñara a bordar a máquina, pero al menos me enseñó a zurcir un par de agujeretes que desgarraron rebeldes mi blusa... y mi chaqueta... y la otra blusa... Tendré que asegurarme de que no hay polillas es el armario. La falda, aunque la he ido dejando un poco y sólo me he puesto a hacerla ahora al final del verano, está hecha con la parte superior de unos vaqueros (retocada) y un montón de trocitos de telas de distintos colores, texturas, estampados, etc. Trapajos vamos. Además quise que la sensación de "trapajos" no desapareciera, con lo que lo cosí todo con formas desiguales y sin dobladillo (pero dobre costura). El resultado final ahí lo tenéis, como siempre. 
Y ya sabéis, si algo os gusta... ¡Acepto encargos!

jueves, 16 de septiembre de 2010

De mamá a cebra

A mucha gente se le suele calificar de animal, bestia, borrico, etc. Normalmente eso no suele decírselo uno a su madre. Más bien cuando se lo dicen a la madre de uno pues uno se ofende, se indigna y le menta al susodicho el árbol genealógico.


Pero el caso es que a mi madre le encantan las cebras y mientras se trate de que la relaciones con una cebra, ella será la mujer más feliz del mundo mundial (como diría "el Gafotas"). En casa la mitad de las cosas están en blanco y negro, los objetos cerámicos de decoración que ha traído de su taller son a rayas blancas y negras (o en su defecto manchas o lunares... también le pirran las vacas), las mesas son negras o blancas (menos la de mi hermano, que es el raro). Los muebles de cocina son blancos pero el horno es negro, los marcos de fotos son negros pero los paspastús son blancos ( y contienen fotos en blanci y negro), sillones y sofás blancos pero vídeo, tele y equipo de música negros... Tooodo se complementa.

¿Que a qué viene esto? Pues a que haciendo ejercicios de morfología y expresión, debíamos deformar la morfología facial de una persona cualquiera en base a un referente fotográfico.  La deformación debía realizarse paso a paso y utilizando como ayuda... ¡¡un animal!! Es decir, la morfología de un animal. 

Vamos, que cogí una foto de una cebra, una foto de mi madre y les mezclé el careto. Le resultado ahí lo tenéis.

En fin, que tengo aquí a mi primo pequeño y le estoy echando una mano a hacer los deberes (¡pero cómo puede distraerse tanto Señor mío! Dame pacienciaaaaaa...).  

miércoles, 1 de septiembre de 2010

妲己&狐


Hoy vuelvo al mundo de los personajes, pero pasamos un momento de los misterios occidentales pra dar paso al lejano Oriente. 

Debido al comienzo de mis estudios de chino mandarín este año, vi una gran oportunidad de lanzarme a conocer la cultura, historias y  misterios de la milenaria civilización china. De mi afán por saber surgió una bonita relación de amistad con tres chicas: Wen 闻, taiwanesa y estudiante de tecnología de la alimentación en la Politécnica de Valencia durante todo este pasado año; Ding Ding 丁丁 y Danjie 丹杰, estudiantes de diseño en Pekín y para las que he sido su alumna mentor durante su estancia en valencia en el segundo cuatrimestre. Estas dos últimas me ayudaron enormemente con el personaje que hoy os quiero mostrar y seguramente, aunque hubiese llegado a las mismas fuentes por mi cuenta, no hubiese obtenido el punto de vista de los mismos chinos en cuanto a los temas de fantasmas, monstruos, demonios y todo lo místico y sobrenatural.

Yo buscaba, entre los fantasmas y otros seres fantásticos que abarrotan la mitología china, algo que me sirviese para crear un personaje para el proyecto final de anatomía morfológica. Me explicaron todo lo referido a la vida después de la muerte y todos los mundos paralelos en los que habitan los humanos, los fantasmas, los inmortales, los dioses, los monstruos y los demonios. El libro Viaje al Oeste me ha ayudado a asimilarlos mientras leía una historia quijotesca a lo asiático. Para comprender las historias chinas de fantasmas (historias de amor y no de terror como en occidente) os recomiendo las películas Una Historia China de Fantasmas I,II,III, que también ellas me recomendaron.

Finalmente, La Investidura de los Dioses fue la historia que me dio el personaje. Daji 妲己 fue la mujer que mandó a la ruína a la dinastía Shang, cuya caída se narra en este libro. Se trata de una novela que relata hechos históricos, que a la manera de los chinos nunca se separan de magia, misticismo y drama. La princesa Daji fue hecha prisionera cuando la dinastía Shang llegó al poder. Mientras la conducían al nuevo palacio para ser la concubina del nuevo rey, el espíritu maligno de un zorro de nueve colas la poseyó, tornándola cruel y despiadada. Su actitud despótica y sus artes de seducción le ayudaron a ascender hasta que, como esposa del rey, gobernó ella misma el palacio entre lluvias de sangre y los gritos de terror de sus siervos.

La idea de la ilustración que veis fue la de mostrar a Daji en su apariencia normal junto a una especia de zorro antropomorfo que a modo del espíritu se "desdoblaba" mostrando la personalidad cruel, déspota y sangrienta de la nueva Daji. Situar al personaje en un entorno le ayudase a definirse también era importante, por lo que decidí simular una antigua estampa china o japonesa sobre la que se retrataba a la doncella. La verdad es que el resultado final recuerda un poco a las ilustraciones de doncellas modernistas de Mucha (por la composición y el coloreado quizás). 


Sea como fuere, bon apetit!